El daño de la globalización ha llegado también a Occidente y hemos tenido que hacerle frente directamente. La reacción no ha sido bajo una perspectiva de resolver las causas, sino más bien otro paso acelerado hacia el progreso y hacia una intensificación del dominio tecnocientífico, de la transformación y del rápido reajuste de las lógicas del autoritarismo y el beneficio.
Incluso en tiempos de pandemia, el gobierno ha garantizado los negocios de las compañías farmacéuticas y los señores de la guerra. A través de políticas capitalistas, los estados continuaron la producción industrial a expensas de los trabajadores y las operaciones militares a expensas de poblaciones enteras.
También en el puerto de Génova han seguido transitando barcos cargados con tanques y diverso armamento con destino a los Emiratos Árabes.
El estado ha dejado claro cuáles son sus intereses, muy lejos de las necesidades reales de los individuos, y en continuidad con la política tecno-industrial: imposición de tecnologías nocivas como el 5G y el control social de masas (a través de la militarización de los territorios, la aceleración tecnológica y el uso de diversos medios como drones, GPS, lanchas motoras, helicópteros y varios proyectos «smart»). Todo esto se impone con la violencia de sus fuerzas armadas (policía, carabinieri, ejército) y también mediante la represión, la fragmentación social y el aislamiento de los individuos; alarmados por la retórica emergencial y la obsesión securitaria habitualmente empleada en los países coloniales europeos. La misma que acompañó el cierre de las fronteras y la gestión militar de otro de los «efectos» de la globalización y la guerra: las migraciones.
El capitalismo y las ganancias patronales son el verdadero virus de esta sociedad. El gobierno y el estado los defienden a través de la policía, los asesinos de siempre, preparados para reprimir el descontento y la rebelión hoy, así como mañana, en la crisis económica que se acerca.
Hemos elegido responder con acción directa a la opresión para ampliar las perspectivas del conflicto y combatir la lógica de la recuperación reformista y la mediación política de la «intervención». Esperamos un aumento de las luchas en la continuidad del ataque.
Solidarizamos con los disturbios en las cárceles italianas. Vengamos a los muertos durante las revueltas, los asesinatos, los abusos, la tortura y la violación que la policía practica en todo el mundo, tanto dentro de esos muros como fuera.
Saludamos con alegría a los recientes disturbios en Chile y Estados Unidos.
Enviamos nuestra solidaridad a lxs anarquistas procesadxs por la operación «Scripta Manent» a quienes queremos libres. Para ellxs todo nuestro amor. A sus carceleros todo nuestro odio.
Un abrazo fraternal de solidaridad con lxs compañerxs anarquistas detenidxs en la última operación anti-anarquista «Bialystok» de los ROS en Roma.
Solidaridad con lxs compañerxs arrestadxs en la operación «Prometeo», con Peppe, con Juan y con todxs lxs presxs, anarquistas y revolucionarixs.
Viva la anarquía!
[traducido de https://plagueandfire.noblogs.org/attacco-incendiario-polizia-locale-genova-24-25-giugno-2020/]
Attacco incendiario polizia locale Genova. 24/25 giugno 2020