[Estado Español] Informaciones sobre la situación en las cárceles a raíz del coronavirus

Como muchos ya sabréis, en el C.P. de Brians I comenzó hace unos días una huelga de hambre por las condiciones restrictivas que habían aplicado por el coronavirus, cancelando los vis a vis familiares en todas las prisiones del estado, mientras que los funcionarios entran y salen del recinto sin ningún tipo de protección.

En Brians, a día de hoy ya eran más de 100 personas presas las que secundaban la huelga de hambre.

Hoy al mediodía, mientras los presos entraban en el comedor y recogían los cubiertos pero no la bandeja de comida, han aparecido un grupo de carceleros y han preguntado el por qué de su actitud. Algunos han contestado que estaban realizando una huelga de hambre, explicando los motivos, y la reacción de los carceleros ha sido la de quitarles el documentos de identidad y por lo menos a 3 de ellos que se negaban a comer, los han trasladado al aislamiento, intimidando al resto, de manera que los que venían detrás han preferido desistir de la huelga de hambre.

Recordamos que en el C.P. de Brians I se encuentra encarcelado desde hace casi dos años y a la espera de juicio, Amadeu Casellas.

En la cárcel de Wad Ras en Barcelona, se ha conocido un primer caso de coronavirus de una mujer que le quedaban pocos días para salir en libertad y le han dejado salir, pero con el resto de mujeres que estaban junto a ella, no saben qué va a apsar y están nerviosas porque han reclamado que les hagan pruebas, pero no les han hecho nada. Ayer se produjeron instantes de tensión en las comunicaciones, cuando en la puerta de entrada se juntaron un grupo de personas reclamando la libertad para las presas y lxs familiares al salir, se interesaron por la protesta y desde dentro querían saber qué se podía hacer.

En Murcia II hoy no han dejado entrar a comuncar. Un carcelero ha salido con un miembro de seguridad para comunicar que desde hoy al mediodía, ya no se podrá comunicar a través del cristal.

Según se informa en un comunicado del sindicato de carceleros del CSIF, presos de la prisión de Fontcalent (Alicante) han protestado este domingo con una hoguera en el patio, a falta de información y medidas de protección frente al coronavirus, y que el incidente fue finalmente controlado sin que hubiera heridos.

Según este sindicato, el último contagio se ha localizado en Melilla. Se trata de un jefe de servicios. En esta misma prisión, se ha enviado a otros 12 carceleros a sus domicilios en cuarentena, contabilizando 164 presos y medio centenar de carceleros aislados a la espera de conocer la cifra oficial de positivos. El sindicato solicitó la suspensión inmediata de las comunicaciones a través de cristal, en todas las prisiones, y que para los nuevos ingresos penitenciarios, que se decretaden 14 días de cuarentena.

Hacemos un llamamiento a premanecer atentxs para expresar solidaridad con las personas presas y para que se retiren los expedientes sancionadores.

Grup de Suport d’Amadeu

 

[Estado Español] Informaciones sobre la situación en las cárceles a raíz del coronavirus

Barcelona – Llamado a DESOBEDECER

Llamado a DESOBEDECER a todos los gobiernos y confinamientos (Y A
CUESTIONAR)

Ante la situación de estado de sitio en que nos encontramos, decidimos
salir a la calle a dejar claro que no vamos a aceptar estas medidas
represivas y buscaremos la manera de saltarnos este arresto domiciliario
disfrazado de “confinamiento” supuestamente “por nuestro propio bien”.

Para nosotros todo esto es un espectáculo mediático de inoculación de
miedo y pánico (ésa es la verdadera epidemia), creado a través de los
medios de manipulación de masas (TV, móviles, internet); o por decirlo
de otra manera: control mental de masas. Hay que buscar las motivaciones
de todo este espectáculo en un asunto holístico, global, económico,
político, militar, social, etc., no se puede reducir todo este asunto a
un puro discurso médico.

El hecho de que la gente se auto-encarcele en “su” casa porque el
gobierno lo ha dicho, sólo refleja la cárcel mental (y física) en la que
ya vivían antes de todo esto.

Depende de nosotros comenzar a luchar contra esta máquina totalitaria.
Lo que está en juego es: o hacemos lo que el gobierno totalitario nos
dicta, o hacemos lo que nuestras pasiones nos dictan.

Por eso, hacemos un llamamiento a salir a la calle, a arrancar todas las
“cintas”, carteles, adhesivos, que las instituciones han puesto en
parques, plazas, hasta bosques, etc., hacer pintadas, robar en
supermercados, desertar del trabajo y de todo pago posible, colgar
carteles (con cualquier tipo de información crítica, lo importante es no
quedarse callado ni esperar que la verdad nos llegue por whatsap ni por
la TV),y a cuidarnos y mantenernos sanos, también motivamos a cualquiera
a deshacerse de todos esos absurdos teléfonos móviles que embotan el
cerebro, te controlan, te enferman: los virus y las bacterias no son
malos, sino que la tecnología, el cientificismo y la industrialización
son el problema.

Atentos ante la posible intención por parte de los gobiernos de
vacunación obligatoria global, y otras medidas que se vislumbran (dinero
electrónico, implantación de chips, restricciones en el movimiento y la
circulación de las personas, procedimientos médicos forzosos, escasez de
alimentos, de energía, etc). No tengáis duda de que nos opondremos a
todo eso, si hace falta, violentamente.

Infórmate e informa, y sobre todo: cuestiona. Sólo nos tenemos a
nosotros mismos. No esperes la salvación del gobierno que te mata. Busca
información por tu cuenta, no te quedes con la versión oficial. Puede
que nunca sepamos la verdad, pero sabemos que TODOS los gobiernos (y
organismos internacionales e instituciones) mienten.

Abrazos y cariños para toda la gente afín que está incomunicada en este
mundo que ya han convertido todo él en una inmensa prisión.

Links de extrema importancia para entender lo que está pasando:
-Event 201 (ejercicio del Foro Económico Mundial, Bill Gates Foundation,
Johnson&Johnson, la OMS, etc., para prepararse y estudiar las
consecuencias de una posible “pandemia”, hecho en Octubre del 2019,
¿casualidad? no lo creo): https://www.youtube.com/watch?v=ZShiAnfflw4

-Participantes del Event 201:
https://www.lahaine.org/mm_ss_mundo.php/el-foro-de-davos-se

-Esto se llama programación predictiva:
https://elpais.com/elpais/2019/09/25/planeta_futuro/1569435266_953355.html

-Otra prueba de que esto estaba todo preparado (Bill Gates está metido
en el ajo, conferencia del 2015):

-Información para ampliar:
https://dolcarevolucio.cat/language/es/reflexiones-sobre-el-coronavirus-que-creemos-utiles-desde-dulce-revolucion/

Prefiero resfriarme en la calle y de pie, que vivir confinado y de
rodillas.
-La pandemia es la policía A.C.A.B.
-El Estado mata más que el supuesto “coronavirus”.
-Vosotros os laváis las manos, La TV os está lavando el cerebro.
-Fortalezcamos nuestro sistema inmune, inmunicémonos del sistema.
-El mejor antivirus es no tener móvil.
-Os implantan un estado policial y todavía lo aplaudís…
-Ya llegó la crisis de los 40/la cuarentena.
-La sociedad ya estaba confinada antes del virus.
-Esto se trata de Eugenesia: quieren control social y matarnos.

 

Buenos Aires: La Rivolta, desde la pandemia

Introducción

El pasado viernes 20 de marzo se decretó desde las 00 horas la cuarentena total en el
territorio dominado por el Estado Argentino, luego de algunos meses de ver noticias que parecían lejanas, y unas últimas semanas de paranoia creciente entre medios de
comunicación y cadenas nacionales del Presidente, finalmente lo declararon, desatando un auge de escape de las clases medias altas hacia sus casas de veraniego, compras desmedidas en supermercados y un llamado a quedarse en casa con menos de 4 horas de anticipación.
Si bien el terreno fue preparado con anterioridad, ante la falta absoluta de una preparación económica y social, como responden las lógicas del Estado y el Capital, esta cuarentena es ejecutada por distintas fuerzas armadas en las calles, operando con mayor o menor impunidad dependiendo las zonas más o menos pudientes del país, con la instantánea aparición de videos en donde las distintas policías avanzan sobre los barrios con ametralladoras y fusiles en mano, persiguiendo en motos a quienes se encuentren circulando obligándolxs a volver corriendo a sus casas, una señora atropellada por un patrullero, y una larga lista de la correa policial desatada en un territorio cercano a la militarización.
El mensaje de guerra, al igual que en la mayoría de los países infectados, fue lanzado al aire como excusa de esta pandemia, y entre algunos desafortunados análisis que intentan apuntar a una conspiración global, queda en evidencia que el virus es el capitalismo y dicha conspiración es solo una enfermedad desatada a niveles globales en sociedades basadas en la explotación y la miseria, queda nuevamente a la vista de todxs que la sociedad de clases termina perjudicando a lxs mismxs de siempre, a lxs que siguen exponiéndose obligadxs a ir a trabajar y a todxs aquellxs que no gozan del permiso (en una economía basada en un 40% de trabajo informal) y deben permanecer encerradxs viendo como sus deudas aumentan y la salud mental se deteriora, o enfrentarse a ser detenidxs y torturadxs por el Estado.

Delación y medios de comunicación

La campaña del terror está afianzada con el constante bombardeo de los medios de
comunicación nacionales, siendo probablemente la punta de lanza de la sociedad de control, ya que si bien el amedrentamiento policial es tangible y evidente, este se mantiene detrás del manto del #quedateencasa, llegando a un momento en que bajo la idea de “responsabilidad” se justifica abiertamente la represión desde la hipocresía progresista, nuevamente la consigna que repite que “si te quedas en casa no te va a pasar nada”, el miedo cambio de color rojo a verde, y nos demuestra que la concepción del enemigo interno es independiente del tiempo y las formas, cualquiera sea la razón que pueda generar una perturbación en el orden social, esta debe ser aplacada con la cárcel y la persecución.
Y a sabiendas incluso que vivimos en una sociedad carcelaria, se vuelve sumamente obscena la campaña emitida desde el poder para justificar la salida militar a las calles, aun necesitando una justificación, la cual es acatada en gran medida por una importante porción de la población que votó contenta en las últimas elecciones.
Dentro de este contexto de paranoia, la delación ciudadana se vuelve moneda corriente, lxs mismxs que ayer lucían sus remeras con el lema “nunca más” hoy llaman a la policía ante cualquier movimiento sospechoso, espían desde sus ventanas y hasta incriminan con megáfono en mano desde sus balcones en el centro de la ciudad. En medio se lanza la campaña mediática “te cuida el Estado, no el Mercado”, reforzando la falsa paradoja impuesta por el kirchnerismo, cuando justamente lo que están haciendo es proteger al mercado, o sea, a la propiedad privada, quedando evidenciada en la falta de posibilidad de realizarse un test de contagio y en los insumos en el área de salud, en contraposición al desembolse de presupuesto a todo el aparato represivo. Aun así, lxs culpables vuelven a ser lxs vecinxs, aquellxs que viven hacinadxs y no tienen posibilidad de hacer una cuarentena, exceptuando claro, a deliverys y demás trabajadorxs, ya que esxs explotadxs hoy sirven de servidumbre para aquellxs que gozan de cuarentenas privilegiadas pidiendo helado y sushi a domicilio.

El correr de la cuarentena

Según está anunciada, la cuarentena duraría hasta el 31 de marzo, aunque el discurso que empieza a circular es que esta se deba extender, hipótesis apoyada también en las migajas que el Estado afirma que distribuirá próximamente para evitar cualquier desorden, dentro de este contexto podemos animarnos a pensar en términos globales y empezar a notar un punto claro de inflexión, si bien en distintos territorios puntuales ya han padecido una extrema militarización durante largos años, como podrían ser el pueblo Mapuche, Palestina, Kurdistan, o Siria, en este caso se avala en niveles mundiales la represión contra un enemigo que no tiene cara, que no es humano, ni siquiera visible, y todxs podemos ser culpables, como una policía del pensamiento orwelliana y un panóptico individual en donde cada unx de nosotrxs vigila al otro como posible agente enemigo.
Dentro de las distintas reflexiones hechas por “intelectuales” del capital, encontramos por ejemplo a Slavoj Zizek, conocido izquierdista, quien dentro de todo el condimento repetido de las palabras académicas, reivindica la implementación de una “Red global de Salud” como una coordinación que, incluso trascendiendo el COVID-19, pueda prevenir estos casos dotando de una cuota de mayor poder a lxs cientificxs de la OMS, al mismo tiempo que afirma que “El virus es democrático, no distingue entre gente rica y pobre”, obviando que la democracia se basa justamente en esa distinción, e identificando al virus en cuestión como “un golpe al capitalismo que podría llevar a la reinvención del comunismo”.
Lamentablemente tanto este análisis, como el de otro conocido escritor, Byung Chul Han, parten desde y hacia la cúpula intelectual, parapetada tras la cómoda academia y totalmente alejada del correr de los días, mucho más de Sudamérica, aun así, algunas palabras de este último suenan más fructíferas, y respondiendo al primero dice “Žizek afirma que el virus ha asestado al capitalismo un golpe mortal, y evoca un oscuro comunismo. Cree incluso que el virus podría hacer caer el régimen chino. Žizek se equivoca. Nada de eso sucederá. China podrá vender ahora su Estado policial digital como un modelo de éxito contra la pandemia. China exhibirá la superioridad de su sistema aún con más orgullo. Y tras la pandemia, el capitalismo continuará aún con más pujanza. Y los turistas seguirán pisoteando el planeta. El virus no puede reemplazar a la razón. Es posible que incluso nos
llegue además a Occidente el Estado policial digital al estilo chino. Como ya ha dicho Naomi Klein, la conmoción es un momento propicio que permite establecer un nuevo sistema de gobierno. También la instauración del neoliberalismo vino precedida a menudo de crisis que causaron conmociones. Es lo que sucedió en Corea o en Grecia. Ojalá que tras la conmoción que ha causado este virus no llegue a Europa un régimen policial digital como el chino. Si llegara a suceder eso, como teme Giorgio Agamben, el estado de excepción pasaría a ser la situación normal. Entonces el virus habría logrado lo que ni siquiera el terrorismo islámico consiguió del todo.”

Y es que queda claro a la vista de la situación, que el Capital está lejos de tambalearse, podrán perderse en la paranoia algunos mercados y el mundo de las finanzas, pero antes que perder sus posiciones de poder, y lógicamente en una sociedad basada en la autoridad y la dominación, primero buscarán nuestra sumisión o la muerte.

Siempre apuntando a la revuelta

El mundo de la distopía es y siempre fue este, acá estamos y la realidad siempre es más implacable que nuestros deseos, lo que hoy es un virus, que debe ser afrontado y contra el que tenemos que aprender a convivir, mañana será algún desastre natural y la constante puesta en marcha de la civilización, este es el panorama que planteaba desde hace ya algún tiempo “Desierto” (Ediciones L’anomia) y siempre nos pega en la cara antes que podamos acertar de donde viene el golpe, y es coherente, en el frenesí asfixiante de lo cotidiano poco se puede hacer más que informarse y convencerse, hasta que finalmente acá estamos y será necesario afrontarlo como sea.
Esta es también una oportunidad para estudiar el actuar de las fuerzas armadas, dónde ubican sus puntos de control en las ciudades, cómo funciona su vigilancia y represión, y por lo tanto qué posibilidades encontramos tras de ellas para agitar la revuelta, al mismo tiempo que ya distintxs compañerxs editan propaganda e intentan afianzar lazos comunitarios encontraposición a las lógicas policiales, los puntos de ruptura e inflexión son también momentos en los que es necesario tensionar nuestras relaciones sociales, nunca de escondernos tras alguna mascara estúpidamente misantrópica, al contrario, afrontar esta realidad es apuntar las armas contra el Estado y no dejarnos apaciguar por su aparato mediático, político y ciudadano.

Que la cuarentena fortalezca nuestras ansias de libertad
y reafirme nuestra negación de toda autoridad.

 

 

LA RIVOLTA DESDE LA PANDEMIA

Chile – Perspectiva anárquica frente a la pandemia-coronavirus

Comunicado recibido junto con la foto el 15/03/2020:

En la tarde de un viernes especialmente caótico, Piñera inaugura la pandemia en cadena nacional. Desde principios de marzo que el miedo al virus ha entrado de a poco a la conversación: entre la agitada vuelta a clases que busca ser una réplica (cual terremoto) de la revuelta de octubre, las masivas manifestaciones feministas, la radicalización de los sectores reaccionarios y la inminencia del plebiscito, cada vez toma más protagonismo.

La situación internacional no es menos compleja. El año pasado dio comienzo a una nueva oleada mundial de revueltas contra la normalidad capitalista, y la tan manoseada «institucionalidad» parece estar colapsando por donde se le mire, dejando lugar no solo a la creatividad insurgente si no que también (y nunca tan fácilmente diferenciables) a populismos y fascismos de todo tipo.

La economía lleva tiempo perdiendo velocidad, pero la guerra comercial entre dos potencias en decadencia, la subida manufacturada del precio del petróleo, y la paralización provocada por el coronavirus, construyeron la tormenta perfecta para dejar a la bolsa y a su enredo de ficciones especulativas en caída libre.

Es en este contexto que la enfermedad llega a nuestro territorio, con el estado de excepción todavía fresco en la memoria. Comienza en el barrio alto, y casi nos alegramos antes de recordar que no serán ellxs lxs primerxs en sufrir sus consecuencias. El gobierno, siempre tarde, anuncia sus medidas. Claramente no son suficientes, y su único objetivo es asegurar la libre circulación de capital. Algunxs (lxs mismxs que ven montajes en cada esquina) susurran que es una estrategia para cancelar el plebiscito, al parecer tan peligroso. Pero nosotrxs estamos clarxs que fachx inteligente vota apruebo, y que la incompetencia del gobierno no requiere más justificación que sus propios intereses de clase.

Sin embargo, ya hemos visto como se ha desarrollado la situación en otros países con una etapa más avanzada de infección. En las calles de China, Italia y otras partes del mundo se han desplegado simulacros de insurrección, de guerra urbana, de estado de excepción absoluto, con distintos niveles de éxito. El estado chino, famoso por su capacidad represiva, concentró todos sus esfuerzos en la contención de la zona cero pero, haciendo malabares para mantener su economía a flote, dejó a sus gobiernos regionales con la libertad tanto de retomar la producción como de instaurar leyes absurdas para sostener la cuarentena. Más allá de esto, ha sido lejos el país cuya cuarentena ha sido más eficiente y efectiva (ni hablar de Estados Unidos, cuya política pública se reduce a taparse los oídos y gritar fuerte).

El caso italiano es notable, más que nada, por la resistencia a las medidas de cuarentena y de «distanciamiento social», eufemismo nefasto que se refiere al autoaislamiento, a la precarización forzada disfrazada de «tele-trabajo», al acaparamiento de bienes esenciales y a la negación de cualquier forma de comunidad. Cuando a lxs presxs (hacinadxs e inmunocomprometidxs desde siempre) les prohibieron las visitas, comenzó la revuelta carcelaria más grande de este siglo: 27 cárceles tomadas, múltiples muertxs, policías y gendarmes secuestradxs y cientos de presxs fugadxs.

En territorio chileno, la situación es incierta. Farmacias y supermercados que hace poco fueron saqueados, pronto estarán desabastecidos debido al pánico generalizado. El transporte público, campo de batalla permanente desde el inicio de la revuelta, pronto será evitado como la peste. El gobierno ya prohibió las concentraciones de más de 500 personas, pero a estas alturas quien chucha escucha al gobierno. Los milicos, que suponemos se han negado a salir nuevamente para guardar la poca legitimidad que les queda y poder conservar sus privilegios en una nueva constitución, no tendrán tanto pudor si pueden disfrazar su accionar de salud pública. La salud pública de verdad, por otro lado, pesa menos que un paquete de cabritas. Y no tenemos idea de que vaya a pasar con el plebiscito.

Si en otros lugares la pandemia fue un ensayo de insurrección, aquí la insurrección parece haber sido un ensayo de pandemia y de crisis económica. Mantengamos viva la llama de la revuelta, y organicémonos para sobrevivir.

A continuación, esbozaremos algunas medidas que consideramos dignas de generalizarse, más una inspiración que un programa:

-El saqueo y la redistribución organizada de bienes básicos.

-La utilización de tomas estudiantiles como centros de acopio, albergues para aquellxs sin vivienda y, por supuesto, focos de combate callejero.

-El boicot de cualquier forma de trabajo o estudio a distancia, que la cuarentena devenga huelga general.

-La liberación inmediata de todxs lxs presxs como demanda central.

-Evasión masiva en las clínicas privadas, atención libre para todxs.

-Huelga de arrendatarixs, toma de casas vacías.

¡La capucha es la mejor mascarilla!
¡Evade el aislamiento del capital!
¡Niega la inmunidad como dispositivo policial!
¡La crisis es una oportunidad, cuida tu piño y ataka!

Chile: Perspectiva anárquica frente a la pandemia-coronavirus

Coronavirus: el apagón de la globalización

La emergencia ligada a la pandemia del Covid-19 ha abierto una nueva fase oscura en la historia del planeta. Italia ha sido la primera golpeada de Occidente, y nuestro Estado se ha visto en posición de experimentar y probar soluciones a las contradicciones creadas por esta crisis mundial. Estas soluciones, con alguna aparente excepción relacionada con las políticas del bienestar, pueden resumirse en una sola palabra: represión. Un ejemplo dramático es la violentísima respuesta a las revueltas en las cárceles.

El incremento de medidas restrictivas que han caído sobre la vida de todos nosotros, con el consentimiento de la mayoría, ha sido impuesto por un dictadura del terror que nos envuelve. Los muertos empiezan a pesar. Pesan al Estado, a los ciudadanos y a nosotros también. Ante esta tragedia, la respuesta del Estado fué clara: oscuridad como opción de confrontación. ¿Los prisioneros están asustados ante la posible propagación del virus en sus celdas? Represión violenta con total cobertura política y mediática; ¿Que los investigadores – esos “chamanes” modernos a quienes confiamos el secreto “totémico” de nuestras vidas – son incapaces de detener el contagio? La culpa es de los individuos que no quieren quedarse en casa. Un ejemplo de esta forma (tan enferma) de afrontar la emergencia es la esquizofrenia política que establece que quienes van al parque son peligrosos propagadores a detener, a pesar de que los lugares productivos tengan que seguir abriendo porque las leyes del beneficio no pueden detenerse. Los parques y playas están cerrados, los bosques son patrullados, pero las catedrales de la economía permanecen abiertas, sin un sólo (autodenominado) exterto que nos dé números de cuántos se infectan en el parque, el mar o el monte, y cuantos se infectan en el metro, autobús o en comedores de sus trabajos.

Un día, los políticos y sus jefes tendrán que pagar por todo esto. El Evento del Coronavirus no es, en nuestra opinión, una catástrofe. No es un fenómeno imprevisto que trastorne todas nuestras convicciones previas. Es un acontecimiento, ciertamente inesperado, que verifica la mayoría de las hipótesis que algunos de nosotros hemos estado desarrollando desde hace algunos años. En primer lugar, el Coronavirus marca definitivamente lo que se ha denominado “crisis de la globalización”. Cierre de las fronteras, suspensión de la mayoría de los vuelos, cuarentena de los barcos como en la época de la Serenísima, amarrados y custodiados en Chioggia. Pero también el cierre de distritos industriales enteros, el colapso de los mercados. El mito de un super-estado europeo que demuestra no estar a la altura, una imponente marioneta frente al jaque mate de Europa. Todo esto ha obligado al Estado a volver a su centralidad, refutando las tesis de quienes consideraban el poder como algo fluido, extendido, fantasmagórico, imaginando una pérdida progresiva de la soberanía en favor de las estructuras supranacionales. En plena emergencia, el Estado se ha mostrado, por el contrario, como el sujeto de la dominación real. Fue el Consejo de Ministros el que dictó los decretos cada vez más restrictivos. Fueron los gobiernos, en orden disperso, sin ninguna coordinación, los que ordenaron que se tomaran las medidas. Cuando las cosas se ponen difíciles, la línea de mando de la dominación es muy precisa y nada fluida: el gobierno, la policía, el ejército, los drones, las denuncias.

A demás de todo eso, los productores se vuelven fundamentales, desmintiendo una vez más a los que se han posicionado a favor de una fácil liquidación del mundo del trabajo. En un momento en el que toda la economía terciaria está paralizada, la continuidad productiva, el esqueleto de toda la estructura social aparece en manos de los explotados. Esto les proporciona una relación potencial de fuerza, inesperada hasta hace unas semanas. Si los individuos que dirigen la producción suspendieran ahora su voluntad de dejarse explotar, toda la sociedad se extinguiría, sería el apagón. Los trabajadores no han desaparecido, como algunos pensaban, sino que han mutado: les han salido branquias. Ya no son sólo terrestres, sino anfibios. Anfibios suspendidos entre los páramos de una tierra en ruinas y la partida hacia un Nuevo Mundo. ¡Deja que se den a la piratería! Y que los sigan los explotadores por las rutas de los mares, en su caso impulsados por la vergüenza, la principal razón que empujó a los adinerados del pasado a la piratería. Y será allí, en las tinieblas, donde ya no habrá diferencias sociales, clases, color de piel, opresión sexual. El botín por el que lucharemos será la supervivencia en una nueva vida comunitaria.

Patricia de la Ville e Ottone Degli Ulivi

 

A la tercera va la vencida

Recibido por correo anónimo…

Todo cerrado. Quedaros en casa, nos ordenan. Sólo está permitido lo necesario para la supervivencia económica, pero nunca se dice lo que entienden por supervivencia. Ni siquiera cuando somos recibidos por procesiones de camionetas antidisturbios de la policía – luces parpadeantes, demostración de fuerza – informándonos que tenemos que ir a casa. Realizar el mínimo de actividades diarias es un peligro para la salud pública. Ya se ha dicho en Italia que es sorprendente lo rápido que olvidamos: lo que es hablar con un extraño, tocar a alguien, vivir un momento inesperado en medio de la llovizna de cemento del capital. Las casas de trabajo y los templos de consumo están abiertos pero los estantes están casi desnudos. Tenemos una responsabilidad social, dicen. El sistema sanitario no puede hacer frente y somos nosotros los que tenemos que salvarlo. ¿Alguien dijo algo sobre la financiación?

Un enemigo invisible. Cosas de películas apocalípticas. La causa no es importante, al final es sólo una gripe, pero la respuesta es crucial. No estamos midiendo el número de muertes sino las capacidades de poder. La gripe porcina y el SARS no tomaron al mundo por sorpresa, pero han dado en el clavo esta vez. Todo lo que vino antes fue un mero prototipo del producto final: un terror perfectamente intangible que exige nuestra completa sumisión. Es como si la serie de TV “El cuento de la criada”, en todo su controvertido éxito, fuera un calentamiento antes del acto principal.

El supuesto alcance y severidad del Coronavirus es casi un tema tabú . Lo importante es quién se va a beneficiar, cómo y quién pagará el precio. El sistema económico capitalista se basa en la inversión, pero esta vez se está muriendo de hambre, listo para el desenfreno. Cuando todo esto ocurra, cuando nuestros gloriosos benefactores nos hayan salvado de la casi ruina y demos la bienvenida con los brazos abiertos a una economía empobrecida que nos estaba jodiendo antes de “la pandemia”, tenemos que pensar dónde estaremos.

Olas de inmigrantes que llegan a unas costas europeas aún más hostiles. El confinamiento solitario se convierte en el estado permanente de los prisioneros. G4S* limpia silenciosamente después del teatrillo mañanero mientras nos distraemos de la farsa en el salón principal. La interacción física humana reducida a una sospecha orwelliana mientras que el espectro de la emoción humana se expresa a través de los emoticonos preestablecidas de Whatsapp. Facebook ríe mientras Instantgram reescribe la historia con todas nuestras citas rebeldes.

https://www.g4s.com/

Todos a vacunarse

 

 

No hay peor virus

Mantente en forma

Hacernos Fuerte