Varios periódicos italianos han informado en los últimos días de que algunos de los habitantes de Maddaloni, una ciudad de 39.000 habitantes en las afueras de Caserta (Campania), están privados de acceso a Internet y al teléfono en pleno confinamiento. Varias antenas de retransmisión 3G y 4G de las redes WindTre e Iliad ardieron en las alturas de Montedecoro en la madrugada del 10 o 22 de abril, según los portavoces de comisaria que no sonsiguieron ponerse de acuerdo! Pero no importa la fecha real, ya que el resultado está ahí, tan claro como los cables y aparatos quemados. Y quién sabe si algunos habitantes no han empezado de nuevo por la fuerza de las circunstancias a hablar y mirarse a la cara.
Como ya es costumbre en algunos países, los buitres y loros del Estado se abalanzaron inmediatamente sobre la hipótesis de los opositores conspirativos de la 5G, aunque este ataque es anónimo y hay muchas otras razones para atacar tales estructuras de telecomunicaciones. Este dispositivo contribuye a la alienación y alimentación de este mundo tecno-científico, que vacía nuestra existencia y perfecciona el ejercicio del poder a través del control. Contra cualquier virus, incluido el de la pandemia tecnológica, el fuego es en cualquier caso un buen remedio. ¡A por la siguiente!