Turín – corso Giulio Cesare. Es solo el inicio

El ahora desenfrenado poder de la policía se ha manifestado hoy en una detención ejemplificadora, con sabor de agresión. Poco después del almuerzo, bajo la ocupación de Julio César 45, una docena de policías detuvo a dos hombres con un exagerado ejercicio de fuerza y sin prestar atención a las medidas de precaución anti contagio. La violencia de la acción fue tal que llamó la atención de las personas de la zona que, aunque encerradas en sus casas, no permanecieron en silencio y muchas salieron a la calle. Entre ellos también algunos camaradas que comenzaron a enfurecerse contra esa brutalidad agravada por el desprecio total y arrogante del posible contagio. Son precisamente los que imponen el bloqueo y tienen la gestión completa de lo que ocurre en las calles de las ciudades los que representan un peligro adicional para la salud más allá de lo que su papel normalmente les otorga. Numerosos vehículos de la policía y el ejército llegaron como refuerzos y frente a un vecindario claramente hostil comenzaron a presionar a los compañeros que fueron tirados al suelo, arrastrados y llevados.

Decenas y decenas de personas permanecieron en la calle junto con algunos simpatizantes que llegaron más tarde y cientos de residentes en las ventanas organizaron una verdadera protesta a pesar de las dificultades porque la paciencia tiene un límite y lo que sucedió por la tarde lo demuestra.

Con una velocidad increíble llegaron las primeras declaraciones de los políticos de la ciudad, de derecha e izquierda, que competían de forma desarticulada por el título de aquellos que apelaron a la represión de los anarquistas con mayor tenacidad a lo largo de los años. Parece claro que están asustados por escenarios que no pueden ni siquiera imaginar porque en Aurora el vaso parece estar llena y después de semanas de arresto domiciliario forzoso en estrechos apartamentos, una vida ahora literalmente reducida al hambre, hacia el Estado y sus representantes en uniforme están empezando a ver signos inequívocos de descontento.

En los barrios obreros de las ciudades esto podría ser sólo el comienzo. De hecho, hay noticias de un grupo de camaradas que fueron de patio en patio en Milán al final de la tarde en la zona del Tesino para contar los acontecimientos de Turín con el megáfono y que la respuesta de las casas fue de solidaridad sincera y ruidosa con los camaradas.

Aún no hay noticias ciertas sobre ellos, pronto informaremos de las actualizaciones. Mientras tanto, los periódicos dicen que están detenidos y que se ha denunciado a cuarenta personas por violación de las normas de la pandemia.

Lo que ha ocurrido hoy parece ser sólo el principio y no es casualidad que haya ocurrido entre las calles más pobres de la ciudad.

¡Libertad para Giordana, Marifra, Samu y Daniele!

¡Todos libres, todas libres!

 

[de Macerie]