Sabotaje contra la normalidad digital

En las últimas semanas se han producido numerosos sabotajes de antenas de retransmisión y cables de Internet, no sólo en Francia sino en todo el mundo. Probablemente hay motivaciones muy diferentes, a veces apestosas (conspiración, por ejemplo). También hay una conciencia compartida de la reducción de la libertad mediante el desarrollo de nuevas tecnologías y de las posibilidades de frenar el curso normal del orden existente mediante el sabotaje al alcance de todos. Sin embargo, fue necesario que los servicios de inteligencia comenzaran a difundir el espectro de los movimientos ultraizquierdistas y anarquistas a través de los medios de comunicación, citando de paso algunas webs de compas que publicitan estos sabotajes.

El 5G que ya se está instalando promete acelerar la reestructuración tecnológica del capitalismo. Una conexión de nueva generación, más poderosa, más rápida. El brote de coronavirus ha acelerado el proceso. Al igual que la web no es un material, pero depende de una infraestructura muy física (cables, antenas, centros de datos, plantas de energía, etc.), 5G necesita construir una nueva red de antenas de relevo más potentes y con mayor capacidad de generar ondas. Además, 5G está diseñado para un nuevo salto cualitativo en la digitalización del mundo y de la vida. Está diseñado para la implantación del Internet de las cosas (relojes, balanzas, camas, refrigeradores, etc.), coches autónomos, aviones teledirigidos, cirugía a distancia, fábricas robotizadas y conectadas, etc. Es más que una acentuación de lo que ya existe. En el lenguaje de los ingenieros de Investigación y Desarrollo, hablamos de “tecnología de disruptiva”.*

Concretamente, las máquinas conectadas permiten a las empresas conocer en tiempo real los índices de productividad de forma individualizada y, por tanto, determinar de forma permanente los gestos a realizar por los empleados. Por cierto, es más difícil rebelarse contra los algoritmos que contra el jefe, el gerente o el capataz.

Los algoritmos suplantan al reloj y al capataz. La cama conectada le permite conocer su curva de sueño para optimizar vuestra recuperación. Detrás de esto, se trata de ser más eficiente, obviamente. Por cierto, recibirás sugerencias de pastillas para dormir, excursiones a las montañas, etc. Siempre se puede ganar dinero. Para que se hagan una idea, ganar unos nanosegundos para los flujos financieros actuales mejorando los cables de Internet es ganar unos pocos miles de millones de euros.

El tiempo es dinero. El hecho de que todo sea transparente, desde tu consumo de alimentos a través de frigoríficos conectados a tus movimientos mediante tarjetas inteligentes de transporte, hasta tu consumo de electricidad a través de medidores Linky o tu producción de residuos detectados por los cubos de basura “inteligentes”, permitirá sobre todo anticipar comportamientos para maximizar la administración de la manada humana.

Drones, objetos conectados, comercio electrónico, códigos de flash, cámaras inteligentes ya están en todas partes. En Saint-Etienne, el fabricante de armas Serenicity, bajo la égida del municipio, desarrolla un proyecto de instalación de sensores de sonido en las calles para detectar ruidos sospechosos: bocinas, vidrios rotos, latas de pintura en aerosol, etc. El objetivo es ayudar a la policía a intervenir más rápidamente. Así, los sensores envían una señal a la policía. En las fases iniciales del proyecto se preveía el uso de drones que habrían despegado automáticamente tras la detección del sonido sospechoso, pero finalmente se abandonó este sistema. El proyecto está financiado en parte por el Organismo Nacional de Renovación Urbana como parte del “Programa de Inversiones para el Futuro de las Ciudades y Territorios Sostenibles”. Lo suficiente para hacer que su mundo de mierda dure, en resumen. En mayo de 2019, la finalización del proyecto se aplazó a la espera de una resolución de la CNIL. Lejos de paralizarnos, esta vigilancia también puede fortalecer nuestra determinación de actuar, siempre que mostremos un poco de ingenio.

Al menos 20 sabotajes coordinados tuvieron lugar en la región de París el 5 de mayo en la red de fibra óptica, poniendo fin al teletrabajo de muchos asalariados, ralentizando las comunicaciones en varias comisarías de policía y frenando la actividad de varias empresas, como la web de póker online Winamax. Su sistema está en todas partes, difuso. Eso lo hace vulnerable: armarios de Internet en cada esquina, cables en cada alcantarilla, antenas retransmisoras en cada colina.

Siempre habrá algunos ciudadanos que promoverán el alternumérisme [NdT. de alter, otro y numerique, digital] y condenarán este tipo de sabotaje. Pero no, ¡la técnica no es neutral y no depende del uso que hagamos de ella!

Crea su propio mundo al que debemos adaptarnos, a semejanza de los trabajadores capturados por el ritmo de la máquina. También crea un sistema en el que el progreso y la catástrofe son dos caras de la misma moneda. La tecnología en sí misma contiene potencialidades que inevitablemente serán explotadas. El cuchillo puede ser usado para cortar el pan así como para clavarlo al oponente. El tren va con los descarrilamientos, el avión con los choques, el nuclear con la bomba, el digital con la vigilancia, y así sucesivamente. La cuestión, tal como la percibieron los luditas, se convierte entonces en qué comunidad queremos y partiendo de ahí a oponerse a cualquier tecnología que sea perjudicial para ella. Así que siempre habrá gente que tratará de romper la norma, incluso cuando se trata de la atracción a veces lúdica de la tecnología.

La revuelta es la vida… inclusive contra el gobierno de la ciencia.

[de sansattendre.noblogs.org ]